Al menos 14 personas murieron el viernes por el derrumbe de un tejado exterior en una estación de tren en la ciudad serbia de Novi Sad, en el norte, según el último balance oficial.
El presidente serbio, Aleksandar Vucic, confirmó que catorce personas han muerto, cinco de las cuales no han sido identificadas. Entre las víctimas mortales se encuentra un niño de unos seis o siete años.
El tejado proporcionaba sombra en la entrada de la estación y era el lugar donde los viajeros esperaban sentados en bancos. Tres personas rescatadas de entre los escombros están en estado grave, según la directora de la clínica Vojvodina de Novi Sad, Vesna Turkulov.
Los equipos de emergencia, con más de 80 rescatistas y maquinaria pesada, continuaban buscando supervivientes. El ministro del Interior, Ivica Dacic, describió la operación como extremadamente complicada.
El gobierno serbio declaró el sábado un día de luto oficial. El Instituto de Transfusión de Sangre de la ciudad hizo un llamamiento a los residentes para que donaran sangre tras el accidente.
La estación de Novi Sad reabrió en julio después de tres años de obras de renovación, aunque todavía se están realizando obras en algunas partes del lugar. La empresa nacional serbia de ferrocarril indicó que el tejado exterior no formaba parte de las renovaciones llevadas a cabo en la estación.
El presidente Vucic aseguró que los responsables del accidente serán castigados.