Elon Musk, quien había sido un figura prominente en la administración de Donald Trump, anunció su decisión de dejar su cargo como asesor senior. Este anuncio llega después de que Musk revelara su plan para reducir las donaciones políticas y criticara el centro de la agenda legislativa de Trump.
Musk, conocido por su enfoque disruptivo y su confianza en solucionar problemas con tecnología y recursos, había sido bien recibido por Trump al inicio de su participación en la administración. Sin embargo, su estancia estuvo marcada por controversias y cambios significativos. Musk había implementado varias reformas, incluyendo la reestructuración de servicios de Seguridad Social, aunque algunas de estas medidas fueron revertidas debido a la oposición de legisladores y beneficiarios.
A pesar de que muchos americanos compartían la visión de Musk sobre la eficiencia gubernamental, su popularidad disminuyó significativamente. La salida de Musk se debe en parte a la creciente frustración dentro de la administración Trump y entre sus aliados, quienes lo veían cada vez más como una carga política.
Musk probablemente mantendrá un rol asesor informal y podría seguir siendo visto ocasionalmente en la Casa Blanca, aunque su influencia directa en la administración disminuirá. La decisión de Musk de distanciarse de Trump refleja un cambio significativo en su relación, que había sido vista como muy estrecha en el pasado[1][2].