Kamala Harris, la vicepresidenta de los Estados Unidos, se dirigió a sus seguidores el miércoles después de ser derrotada en las elecciones por el republicano Donald Trump. Originalmente, se planeaba que Harris diera un discurso en el patio central de la Universidad Howard en Washington, pero el discurso fue cancelado cuando se confirmó el triunfo electoral de Trump.
Harris regresó al mismo lugar a las 4:30 de la tarde del miércoles para dar un discurso en el que admitió su derrota en su intento de alcanzar la presidencia de Estados Unidos, una campaña que duró tres meses y 17 días. Antes de su discurso, había telefoneado a Donald Trump para felicitarle por su triunfo, siguiendo la tradición en la política estadounidense.
En su discurso, Harris dijo: «Aunque admito la derrota en estas elecciones, no admito la derrota en la lucha que ha alimentado esta campaña: la lucha por la libertad, por la oportunidad, por la justicia y por la dignidad de todas las personas». El auditorio, formado por varios miles de personas, muchos de ellos jóvenes, no pudo contener las lágrimas. El candidato a vicepresidente de Harris, el gobernador de Minnesota Tim Walz, también lloraba visiblemente.
Harris también lanzó una indirecta a Trump, quien había declarado que no aceptaría el resultado de los comicios si perdía, al afirmar que «debemos aceptar los resultados de estas elecciones» y comprometerse a «llevar a cabo una transición de poder pacífica». Harris destacó que «eso es lo que diferencia a la democracia de la anarquía o de la tiranía, y cualquiera que busque el poder debe respetarlo».