Un juez federal en Massachusetts acusó al Gobierno de Donald Trump de estar “creando caos” con la expulsión de un grupo de migrantes al este de África, violando una orden judicial que prohibía expulsar a personas a países donde podrían ser torturadas.
El juez Brian Murphy negó un recurso presentado por los abogados de la Administración republicana para reconsiderar el caso y pausar la orden que instruía evaluar los casos de los migrantes, incluso si están fuera del territorio estadounidense.
La semana pasada, el Gobierno envió a ocho migrantes, incluyendo dos cubanos y un mexicano, en un vuelo con destino a Sudán del Sur, aunque posteriormente se informó que el vuelo aterrizó en Yibuti. Estos migrantes tienen antecedentes penales en Estados Unidos, por delitos que van desde homicidio hasta posesión ilegal de una arma de fuego.
El juez Murphy ordenó que se les realizaran entrevistas de miedo creíble a estos migrantes en el exterior para determinar si pueden recibir protección. Murphy acusó al Gobierno de tergiversar las instrucciones del tribunal y de estar “creando el mismo caos que critican”.
“El tribunal sigue esperando que la razón prevalezca sobre la retórica”, escribió Murphy en su orden, rechazando la exigencia de la administración Trump de reconsiderar o retrasar el efecto de su fallo. “Las órdenes dictadas son sensatas y conservadoras”[3][4][1].