Israel y Hezbolá acordaron un alto al fuego después de 13 meses de enfrentamientos transfronterizos y dos meses de guerra abierta, pero la tregua ya enfrenta desafíos.
El ejército israelí informó que bombardeó un lanzacohetes de Hezbolá en el sur de Líbano, dos días después de que entrara en vigor el alto al fuego. Según el ejército, se detectaron actividades terroristas y el desplazamiento de un lanzacohetes portátil de Hezbolá, lo que fue frustrado por un ataque de las fuerzas aéreas israelíes[1].
La tregua, que dura 60 días, fue aprobada por Israel con el objetivo de garantizar que Gaza deje de ser una amenaza y devolver a los residentes de las zonas del norte de Israel sanos y salvos, según el primer ministro Benjamín Netanyahu[2].
El líder de Hezbolá, Naim Qasem, afirmó que el movimiento islamista había obtenido «una gran victoria» al impedir que el enemigo destruyera a Hezbolá y aniquilara o debilitara a la resistencia. Qasem se comprometió a cooperar con el ejército libanés en la aplicación del acuerdo del cese al fuego, que incluye la retirada de tropas israelíes y de la milicia islamista del sur de Líbano[1].
El conflicto ha causado significativos daños humanitarios, con al menos 3,961 personas muertas en Líbano y 16,520 heridas desde octubre de 2023. En Israel, se reportaron 82 muertos entre los soldados y 47 civiles[1].