El Departamento de Educación de los Estados Unidos anunció un drástico recorte en su plantilla, afectando a casi la mitad de sus empleados. Este movimiento es parte de una política de recorte masivo de funcionarios federales.
El departamento inició un programa de reducción de personal que impactará a aproximadamente el 50% de su personal. Los empleados afectados pasarán a licencia administrativa a partir del 21 de marzo.
La secretaria de Educación, Linda McMahon, justificó estos despidos como un reflejo del compromiso del departamento con la eficiencia, la rendición de cuentas y la garantía de que los recursos se utilicen donde más importan: con los estudiantes, los padres y los profesores.
Este recorte se alinea con las promesas del presidente Donald Trump, quien durante su campaña presidencial expresó su intención de desmantelar el Departamento de Educación y transferir sus responsabilidades a los estados estadounidenses. Sin embargo, para desmantelar completamente el departamento, se requiere la aprobación de un proyecto de ley que necesitaría 60 votos en el Senado.
El Departamento de Educación, creado en 1979 bajo la presidencia de Jimmy Carter, planea despedir a unos 1,300 de sus más de 4,000 empleados en esta reorganización.