El Gobierno de Estados Unidos ha intensificado sus esfuerzos contra el grupo criminal conocido como Los Chapitos, una facción del Cártel de Sinaloa liderada por los hijos de Joaquín El Chapo Guzmán, Iván Archivaldo Guzmán Salazar y Jesús Alfredo Guzmán Salazar.
El Departamento de Estado de Estados Unidos ha ofrecido una recompensa de hasta 10 millones de dólares por información que conduzca al arresto de Iván Archivaldo y Jesús Alfredo Guzmán Salazar. Esta medida forma parte de una campaña internacional para capturar a los líderes de esta organización criminal.
Además, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos ha impuesto sanciones financieras contra Los Chapitos y su red de empresas en Mazatlán, acusándolos de producir y traficar fentanilo, una droga sintética que ha causado miles de muertes en Estados Unidos. Las autoridades estadounidenses han señalado que los laboratorios controlados por Los Chapitos en Sinaloa son responsables de la fabricación de este peligroso narcótico.
Iván Archivaldo Guzmán Salazar es identificado como el líder de Los Chapitos, y se le atribuye una alarmante ola de violencia en México y Estados Unidos contra civiles, fuerzas del orden y miembros de cárteles rivales. Jesús Alfredo Guzmán Salazar es descrito como el teniente de Iván, encargado de la tortura a rivales para obtener información.
Estas acciones también incluyen la designación de Los Chapitos como Terroristas Globales Especialmente Designados, lo que implica una ofensiva financiera contra su red en Sinaloa, con el objetivo de interrumpir el suministro de químicos ilícitos y equipos de laboratorio utilizados para fabricar drogas sintéticas.
Las autoridades estadounidenses también han vinculado a sicarios del Cártel de Sinaloa con el asesinato del exmarine estadounidense Nicholas Quets en Sonora, México, el 18 de octubre de 2024. Esta ofensiva es parte del mandato del gobierno estadounidense para eliminar completamente a los cárteles de la droga y frenar la crisis del fentanilo.