El gobierno de Estados Unidos anunció la creación de una segunda zona militar restringida en la frontera con México, según informó el Comando Norte de Estados Unidos. Esta nueva zona, que se extenderá sobre una franja de terreno de más de 100 kilómetros, formará parte de la base militar de Fort Bliss, cerca de El Paso, Texas.
El objetivo principal de esta medida es controlar la actividad ilegal en la frontera. La administración del presidente Donald Trump ha incrementado significativamente la presencia militar en la frontera, desplegando a cientos de soldados para impedir la entrada de migrantes y solicitantes de asilo al país.
El pasado 11 de abril, Trump autorizó al Ejército estadunidense a tomar control sobre terrenos federales en la frontera sur, avanzando en su política migratoria. La orden presidencial solicitó a los secretarios de Defensa, Seguridad Nacional, Interior y Agricultura que faciliten el traspaso de los terrenos públicos para permitir actividades militares bajo la jurisdicción del Pentágono.
Esta segunda zona militar restringida se suma a la primera establecida en Nuevo México, donde el personal militar está autorizado a custodiar a los migrantes que cruzan la frontera de forma irregular hasta que sean transferidos a las autoridades civiles del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos. Los migrantes que ingresen a estas zonas militares se enfrentan a posibles procesos judiciales por dos delitos federales: entrar ilegalmente a Estados Unidos y allanar propiedad militar[2][4][5].