En el norte de Austria, específicamente en el recinto del antiguo campo de exterminio nazi Schloss Hartheim, las autoridades han descubierto un gran campo conteniendo cenizas humanas y restos óseos de varias decenas de centímetros de espesor. Este hallazgo se produjo en un área de 458,5 metros cuadrados, enterrada a una profundidad de entre 80 y 150 centímetros.
El Ministerio del Interior de Austria informó que el lugar del descubrimiento es el lado norte del recinto, donde se encontraba una instalación de eutanasia que nunca antes había sido examinada. Este hallazgo proporciona información importante sobre los intentos de los perpetradores de encubrir las huellas de sus crímenes.
Entre mayo de 1940 y 1944, aproximadamente 30.000 personas fueron asesinadas en el campo de exterminio de Schloss Hartheim, principalmente mediante una cámara de gas. Las víctimas incluyeron personas con discapacidad, enfermedades mentales, prisioneros de campos de concentración y trabajadores forzados.
Los restos de las víctimas fueron posteriormente quemados, y se sospecha que algunas cenizas fueron vertidas en el río Danubio, aunque los nazis eventualmente optaron por enterrarlas cerca del lugar del crimen.
El descubrimiento se realizó con el apoyo de la Comisión Alemana de Tumbas de Guerra y el Instituto de Prehistoria y Arqueología Histórica de la Universidad de Viena, utilizando fotografías aéreas y estudios geofísicos con radares de penetración terrestre.
Las autoridades austriacas destacan que, incluso 80 años después del fin del nacionalsocialismo, no se conocen todos los restos trágicos de este período y se comprometen a garantizar una conmemoración duradera y digna de las víctimas del nazismo.